Cuando compramos un vehículo nos entregan un manual, pero es un libro que muy pocos utilizan; la mayoría lo guarda y después ni se recuerda en dónde lo dejó. No obstante, son muchos los quebraderos de cabeza que nos ahorraríamos si comprendiéramos toda esa información y la aplicáramos religiosamente como corresponde.
Al principio nos fiamos del mantenimiento que realizan en los propios concesionarios, y si el coste del servicio es muy elevado para nuestro presupuesto, seguro encontramos a alguien que nos recomiende un taller mecánico para llevar a cabo el mantenimiento sugerido durante los primeros años del coche.
El primer error es creer que ese cumplimiento estricto solo está bien al principio, mientras el vehículo está en garantía; pues de lo contrario, de pasar algo, no lo reconocerían. El segundo error es creer que se trata de una exageración, y que la máquina puede soportar por mucho más tiempo los cambios sugeridos por los fabricantes.
Fallas silenciosas
Si nuestro coche funciona perfectamente ¿por qué hacer mantenimiento preventivo? Es una pregunta muy válida, sobre todo para los que carecemos de una elevada suma de dinero en las cuentas bancarias. Y el principal problema es que existen averías muy silenciosas, que van creando un gran daño y que al detectarlas puede ser tan grave, que tal vez ni valga la pena llevar a cabo la reparación.
En función de lo anterior, lo mejor es realizar revisiones periódicas, hay algunas partes del vehículo que incluso se deberían chequear a diario, como lo es el nivel de los aceites, la presión de los neumáticos, el sistema de suspensión, las correas tensoras, etc. Por suerte, los automóviles nuevos vienen cada vez con más dispositivos de alertas que avisan las irregularidades que a simple vista no se ven; aun así, en esos casos, los sensores pueden fallar y no revelar lo que está ocurriendo.
Lo correcto es documentarse lo más que se pueda, bien sea con el manual del vehículo, con información fiable que se precise en Internet o con la asesoría de expertos en mecánica. Es oportuno conocer al máximo al coche, para apreciar cuando algo ha variado. Y, por último, pero no menos importante, usar buenos repuestos.
Si la adquisición de piezas nos parece muy cara, en su condición de nuevas, podemos optar por las de segunda mano. Eso sí, a través de un sitio como lo es www.despiecesdecoches.com; este portal, ha logrado la concentración de los mejores desguaces de España, por lo tanto, comprar usando dicha plataforma es muy seguro.